LOS SARAGUROS Y SU VISIÓN CÓSMICA
La visión cósmica del mundo para los Saraguros, tiene su particularidad, pues está sustentado en los principios de la solidaridad, la reciprocidad y la generosidad, que constituyen valores individuales y colectivos, mientras que el egoísmo, la mentira y la vagancia son antivalores y, por lo tanto, objeto de sanción familiar y en algunos casos a nivel comunitario.
En tiempos incaicos, los indígenas (no solo saraguros) no tenían religión, sino, una espiritualidad vinculada a los elementos cósmicos: aire, agua, fuego y tierra. Con la llegada de los españoles adoptaron la religiosidad, la que prácticamente fue impuesta. Hoy en día en su mayoría son seguidores de la religión católica, la misma que comprende en la veneración de estatuas que si no son de cerámica, metal o madera son de otro material.
Es que la identidad religiosa se ha profundizado mucho en los elementos religiosos traídos por los misioneros católicos desde la época de la conquista, tales como la adoración o veneración a los santos, la sustitución de la cruz cuadrada (chakana) con la cruz alta, la colocación de imágenes en sitios sagrados, la sustitución de las celebraciones rituales del Kapak Raymi con la Navidad en el mes de diciembre; del Pawkar Raymi con la época de la Cuaresma en el mes de marzo; del Inti Raymi con el Corpus Cristi en el mes de junio, del Killa Raymi o Kuyay Raymi con la de las santas católicas (Rosa, Carmen, Tránsito, Asunción, etc.) en el mes de septiembre.
Sien embargo, muchos elementos propios de la cosmovisión andina hoy en día forman parte de las celebraciones religiosas tradicionales en una especie de sincretismo. En cada celebración están presentes los rituales propios, tales como: el sistema de cargos y la jerarquización de funciones entre los devotos de dichas celebraciones; la forma de servir los alimentos y bebidas, la solidaridad y reciprocidad que se manifiesta en lo que una persona o familia lleva para compartir con el dueño de la fiesta (dinero, alimentos) y lo que éste entrega a cambio.
La dualidad está más definida en cuanto a los roles que cumplen hombres y mujeres en estos espacios rituales o de celebraciones. Pues, las jerarquías en las celebraciones religiosas tienen sus diferentes niveles y responsabilidades, tales como: el prioste es el máximo líder y el dueño de la fiesta, los mayordomos son los que le siguen en jerarquía e importancia, pero también son dueños de la fiesta en su propia casa; mientras los muñidores (supuestamente los últimos en jerarquía), tienen igual importancia y responsabilidades en dichos espacios, incluso son quienes guían y apoyan a los priostes y mayordomos en la realización de tareas que son parte de la ritualidad. En este contexto, las mujeres también tienen una misma jerarquización de cargos y funciones que se respetan entre sí.
En tiempos incaicos, los indígenas (no solo saraguros) no tenían religión, sino, una espiritualidad vinculada a los elementos cósmicos: aire, agua, fuego y tierra. Con la llegada de los españoles adoptaron la religiosidad, la que prácticamente fue impuesta. Hoy en día en su mayoría son seguidores de la religión católica, la misma que comprende en la veneración de estatuas que si no son de cerámica, metal o madera son de otro material.
Es que la identidad religiosa se ha profundizado mucho en los elementos religiosos traídos por los misioneros católicos desde la época de la conquista, tales como la adoración o veneración a los santos, la sustitución de la cruz cuadrada (chakana) con la cruz alta, la colocación de imágenes en sitios sagrados, la sustitución de las celebraciones rituales del Kapak Raymi con la Navidad en el mes de diciembre; del Pawkar Raymi con la época de la Cuaresma en el mes de marzo; del Inti Raymi con el Corpus Cristi en el mes de junio, del Killa Raymi o Kuyay Raymi con la de las santas católicas (Rosa, Carmen, Tránsito, Asunción, etc.) en el mes de septiembre.
Sien embargo, muchos elementos propios de la cosmovisión andina hoy en día forman parte de las celebraciones religiosas tradicionales en una especie de sincretismo. En cada celebración están presentes los rituales propios, tales como: el sistema de cargos y la jerarquización de funciones entre los devotos de dichas celebraciones; la forma de servir los alimentos y bebidas, la solidaridad y reciprocidad que se manifiesta en lo que una persona o familia lleva para compartir con el dueño de la fiesta (dinero, alimentos) y lo que éste entrega a cambio.
La dualidad está más definida en cuanto a los roles que cumplen hombres y mujeres en estos espacios rituales o de celebraciones. Pues, las jerarquías en las celebraciones religiosas tienen sus diferentes niveles y responsabilidades, tales como: el prioste es el máximo líder y el dueño de la fiesta, los mayordomos son los que le siguen en jerarquía e importancia, pero también son dueños de la fiesta en su propia casa; mientras los muñidores (supuestamente los últimos en jerarquía), tienen igual importancia y responsabilidades en dichos espacios, incluso son quienes guían y apoyan a los priostes y mayordomos en la realización de tareas que son parte de la ritualidad. En este contexto, las mujeres también tienen una misma jerarquización de cargos y funciones que se respetan entre sí.
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