¿POR QUÉ SE FAJA LOS WAWAS EN EL MUNDO ANDINO?
En las comunidades andinas, el cariño y afecto que sienten los padres hacia sus hijos se manifiestan
de varias maneras. Uno de ellos, se puede decir que es el cuidado diario que en
especial la madre de brinda hacia los pequeños. Y es que el afecto se demuestra a
través de cuidarle para que crezca fuerte, sano y sin miedo a enfrentar el mundo
mediante varias técnicas como el fajado.
Según el pensamiento andino,
fajar la wawa con una faja o “chumpi” [chumbi] (en kichwa), tenía varias finalidades,
entre ellas: abrigarle para que no sienta frío y por eso, primero, se le envolvía
en una manta, o bayeta (chal), una vez envuelto se comienza a fajarlo
inmovilizando todo su cuerpo completo, iniciando desde la altura del pecho
hacia los pies, no tan apretado ni tan suelto, de esta manera sus huesos se
formaran bien y fuertes. Además se le colocaba un pañuelo de color rojo (este
color protegía de las malas energías circundantes) desde su cabeza y que
terminaba sobre sus hombros para ser sujetado por la faja.
Otra finalidad es que los niños a
edades tempranas tienden a espantarse por cualquier sonido, ruido o el mismo frio,
entonces, este fajado hace que permanezca inmovilizado y de esta manera pueda
dormir el mayor tiempo posible. Cabe mencionar que, a tierna edad, los niños
deben dormir el mayor tiempo posible y solo se debe despertar para alimentarse
o para cambiarle de pañal o su ropita.
Este fajado usualmente se realiza
desde el primer día de nacido hasta los seis meses de edad, aunque hoy en día
en algunas comunidades se sigue fajando algunos meses más.
El fajarlo también permite a su madre
cargar de manera cómoda sobre su espalda y de este modo le permita trabajar en sus haceres de la casa o del campo.
Según los entendidos, el
desarrollo motor de los niños que crecieron fajados es superior a los niños que
no han sido fajados de bebé; los que crecieron fajados, son más hábiles cuando realizan
movimientos corporales y más fuertes a la hora de desarrollar cualquier actividad
física.
Hoy en día estas prácticas son
reemplazadas en algunas comunidades con la influencia de nuevas formas y
elementos que existen para ello, como son los coches metálicos, los canguros, el
uso de los pañales desechables, etc. Dejando de lado estas prácticas que, dicho
sea de paso, formaron a las personas que en estos tiempos son padres y abuelos.
El uso de nuevos elementos
tecnológicos para la crianza de los niños, ha dejado de lado muchas prácticas que
en gran medida son los que causan desordenes emocionales en los niños y jóvenes
de estos tiempos. Anteriormente, los padres dedicaban a criar sus hijos con mayor
afecto, a través del contacto directo, dándole de lactar de sus senos, cargándoles
sobre sus brazos o espalda, lo que en la actualidad, muchas madres, inclusive
llevan a sus hijos fuera de sus brazos, no les dan de lactar su propia leche
materna, etc.
Algunos estudios dicen que
antiguamente en el aspecto mágico espiritual, los tejidos se usaban como
protector de malos espíritus y de las maldiciones, por esta razón se usaba el “chumpi”,
un tejido ancestral, con un alto contenido cultural y elaborado por sus propias
manos.
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